Si hay algo en lo que somos buenos los humanos es en encontrar patrones. Nos encantan. Nos sirvieron en la evolución para localizar al león escondido en los arbustos y sobrevivir. Y hoy en día esa habilidad sigue ahí, grabada en nuestros cerebros.

Por eso tendemos a sacar conclusiones basadas en observaciones casuales y por esta razón está tan extendido el “cuñadismo” en el que todos sabemos de todo, hacemos 2 observaciones y ya tenemos una opinión de experto formadísima. Pues no, las cosas suelen ser un poco más complicadas.

Dentro del tema estrella del último año, existe un debate que nos preocupa. ¿Son efectivas las vacunas? Desde luego es lo mejor que tenemos ahora y está demostrado que es la mejor forma de reducir la mortalidad. ¿Lo demuestra este gráfico? Así lo parece, pero lo dudamos.

En cualquier caso, lo que aquí nos interesa es la facilidad con la que tendemos a ver tendencias y causalidades en los gráficos. El hecho de que un gráfico parezca mostrar algo, no significa que exista ninguna relación.

A veces los datos no nos sirven más que para hacernos más preguntas, y eso es bueno.

¿Son poderosas las nuevas cepas y reducen la efectividad de las vacunas? También este otro parece demostrarlo, y aunque resulte tentador, también tenemos que ponerlo en duda.